Diego Torres, ingeniero naval: "Lo que ocurrió con el Titanic fue una excepción. En caso de accidente de barco, es poco probable una tragedia a gran e

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1 minuto y 7 segundos. Fue el tiempo que transcurrió entre el avistamiento del iceberg y la colisión y naufragio del Titanic. Son muchas las líneas que se han escrito sobre esta historia, las horas reproducidas en cines y televisiones de todo el mundo de la película de James Cameron.

También son decenas las exposiciones abiertas con el transatlántico más famoso como protagonista. Esta semana, sin ir más lejos, ha cerrado sus puertas la de Madrid y ya abre las suyas propias otra en Sevilla. Todo ello, en medio de la polémica por el presunto plagio de la cinta protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet a otro film de los años 50.

Volviendo al hundimiento del pecio y a la noche del 14 de abril de 1912, en la revista Lecturas hemos hablado con el ingeniero naval y marítimo Diego Torres, quien nos explica aspectos esenciales sobre la seguridad de los barcos y su teoría sobre lo que ocurrió aquella fatídica madrugada.

Punto de inflexión

Presuntamente, el iceberg con el que chocó el Titanic fue avistado a unos 700 metros de distancia, aunque hay expertos que creen que con la escasa visibilidad que había en la madrugada del 15 de abril de 1912, lo más probable es que se viera bastante después.

"Todo el mundo conoce el Titanic por su cruel historia, incluso hemos tendido a romantizarlo y verlo de una manera mas cercana debido a la película. Sin embargo, en el sector naval supuso el comienzo del cambio", asegura a la revista Lecturas Diego Torres.

El ingeniero naval explica que "hasta el famoso desastre el mar era un mundo completamente sin ley, sin regulaciones y, lo mas importante, sin seguridad". "A raíz de este hundimiento, el sector naval comenzó a desarrollar un convenio que regula la seguridad en el mar, el SOLAS, cuyas siglas significan "safety of life at sea", o en castellano "seguridad de la vida en el mar"", subraya.

El especialista recuerda, además, que "2 años mas tarde entró en vigor este importante convenio, el cual ha venido mejorando y sufriendo constantes cambios adaptándose a las necesidades de cada momento hasta nuestros días". Gracias a ese punto de inflexión se regularon, dice, "cosas que a día de hoy nos parecen completamente normales".

Aspectos como los botes salvavidas y la capacidad de estos, así como las comunicaciones por radio, o los simulacros forman parte de esas claves para entender el naufragio del Titanic y las líneas maestras de la normativa para evitar que vuelva a repetirse algo así.

El hundimiento del Titanic

El número de botes salvavidas se redujo considerablemente para dar cabida a más pasajeros y tener más espacio para camarotes. Dadas las circunstancias, el asunto de los pequeños barcos auxiliares se convirtió después en prioridad, visto lo que había ocurrido para poder alojar supervivientes.

"A día de hoy sabemos que el Titanic pidió auxilio por radio. Sin embargo, ninguno de los barcos a su alrededor consiguió escucharlo. También sabemos que el capitán del barco anuló todos los simulacros de la tripulación y, además, la capacidad de los botes salvavidas no resultaba suficiente para todos los pasajeros", reflexiona con crítica Diego Torres.

Según su opinión, que se sitúa fuera de las conspiraciones que se han podido hacer y "que no tienen ningún fundamento", el hundimiento del Titanic "fue un accidente". "Siempre ocurren accidentes y es inevitable. Sin embargo, la magnitud que tuvo fue debido a la falta de regulaciones del momento", concluye el experto.

Seguridad a bordo

El SOLAS comenzó siendo "un tratado muy sencillo", explica el ingeniero, que ahora lo ve "muy completo": "Hay que seguir sus pautas en la construcción de cualquier barco y añade muchos nuevos puntos como la estabilidad y flotabilidad del barco, los sistemas contraincendios, todos los aparatos de emergencia y radares y otras muchas cosas más".

"A día de hoy, sería muy complicado ver un accidente de tal calibre", tranquiliza el ingeniero naval, que acude como ejemplo mas cercano a lo que ocurrió en 2012 con el Costa Concordia: "Pese a ser un hundimiento mucho más rápido, porque fue un hundimiento lateral, con una vía de entrada de agua de mas de 70 metros, las pérdidas humanas fueron considerablemente menores".

Aún así, sí destaca que "fueron 32 las personas que perdieron la vida, la gran mayoría víctimas del estado de pánico entre los pasajeros". Nos pide hacer énfasis en el hecho de que "los ingenieros del sector, tanto en la construcción como en la reparación de los barcos, siempre pensamos primero en la seguridad, tanto de los pasajeros como de la propia tripulación".

Diego Torres sostiene que, en la actualidad, "las tripulaciones están muy cualificadas y preparadas para velar por lo que realmente importa, que es la seguridad". "Podemos decir que los barcos son uno de los medios de transporte mas seguros que existen en la actualidad. Lo que ocurrió con el Titanic fue una excepción y en caso de accidente de barco, es muy poco probable una tragedia a gran escala como puede suceder con los aviones", nos deja como mensaje de calma.

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