Analizamos el mayor miedo de Penélope Cruz que casi la obliga a rechazar su papel en su última película

Penélope Cruz es nuestra actriz más internacional, ha interpretado numerosos personajes y tiene en su haber una abundante filmografía. Sin embargo, tiene un miedo muy arraigado que le impide aceptar algunos trabajos: tiene un miedo atroz a la velocidad.

Ferrari, el biopic que casi rechaza Penélope Cruz

La película Ferrari es un biopic sobre la vida de Enzo Ferrari interpretado por Adam Driver. Penélope Cruz se mete en la piel de su esposa, Laura Ferrari. el film plasma la pasión por el automovilismo del piloto y empresario, cómo levantó un imperio y su vida familiar. El riesgo y la velocidad parecen obvios en una película sobre Ferrari.

Penélope hace el papel de Laura, la esposa de Enzo que pierde a su hijo de 24 años que padecía una distrofia muscular. Laura está rota, hundida, su marido tiene una amante y la sociedad la encorseta en un papel de madre abnegada. La actriz española borda su papel. ¿Qué es lo que hizo que se planteara rechazarlo? Los coches.

Cuando el director Michael Mann se pone en contacto con ella para ofrecerle el papel lo primero que Penélope le pregunto era si su personaje tenía que conducir un Ferrari. De ser así la actriz española lo hubiera rechazado porque no se siente nada cómoda con la velocidad, le da miedo.

El origen de ese temor lo desveló en el programa 'El Hormiguero' en su última visita. Cuando Penélope tenía 7 años, un coche atropelló a su hermana Mónica delante de ella. Vio como perdía el conocimiento y, como su madre fue a llevar a Mónica al hospital, ella tuvo que irse al colegio sin saber el estado de salud de su hermana, algo que marcó mucho a la actriz y que le ha creado un trauma que le lleva a tener pánico a la velocidad y recelo a los coches.

El miedo a los coches, un trauma limitante

Los miedos paralizan, limitan, bloquean y son unos compañeros de viaje que nos recuerdan que no hemos sanado algunas heridas. El miedo a la velocidad y a los coches es una fobia frecuente pero que puede tener orígenes diferentes, el nombre con el que se conoce este miedo es amaxofobia.

¿Qué es la amaxofobia en realidad? Hablamos con la psicóloga Susana Ivorra que explica a SEMANA que "la amaxofobia entra en la categoría de una fobia específica y sería un miedo intenso y persistente a conducir o incluso a ir en coche. Y como toda fobia en muchos casos se evita la situación temida (dejar de conducir, preferencia por otros medios de transporte) o se afronta a costa de un gran malestar".

"Esta fobia puede surgir por haber experimentado un evento traumático, como por ejemplo haber estado involucrado en un accidente de coche o haberlo presenciado", señala la experta. Este sería el caso de Penélope Cruz en el que el trauma proviene del accidente de su hermana Mónica, por eso ella tiene pavor a la velocidad y no le gustan los coches.

¿Hay otros factores que puedan provocar este miedo a la velocidad y a los coches? "En ocasiones se debe a factores personales como ciertos rasgos de nuestro temperamento: elevada autoexigencia, miedo a hacer daño o perfeccionismo. En otras se debe a la escasa experiencia o habilidad que hace que nos sintamos más inseguros y nerviosos y esas primeras experiencias de nervios se nos queden condicionadas y a pesar de haber ganado experiencia o habilidad seguimos experimentando el mismo nerviosismo. Y en la mayoría de ocasiones se debe a una mezcla de factores".

Síntomas y cómo superar el miedo a la velocidad

Como en cualquier afección, una fobia lleva asociados una serie de sintomatología específica. En el caso del miedo a conducir, a la velocidad y a los coches, ¿qué síntomas serían los más evidentes? "Los síntomas son los mismos que se pueden experimentar en la ansiedad y dependen de la situación y de la persona. Es decir, no se sienten todos a la vez y pueden variar. Sudoración, palpitaciones, mareos, sensación de desmayo, calor intenso o incluso lo contrario, un sudor frío, temblores, sensación de urgencia de orinar, opresión en el pecho, malestar, náuseas, dolor en la boca del estómago, entumecimiento…", afirma Susana.

El miedo y desasosiego de Penélope llega a tal punto que casi rechaza un papel importante en un film con un elenco de actores de lujo. ¿Cómo podría la actriz superar este miedo que ha provocado su trauma de la infancia? "Superar este miedo no es muy distinto al del resto de fobias y su tratamiento de elección es la desensibilización o la exposición progresiva junto a técnicas de reducción de ansiedad. Por eso es importante ir a terapia aunque sea para recibir alguna sesión de orientación y después recibir clases con un instructor que esté familiarizado con la amaxofobia y se coordine con el psicólogo. La sola exposición a aquello que tememos, sea un coche o cualquier otra cosa, sin unos conocimientos de reducción de ansiedad, puede ser incluso contraproducente", asegura la psicóloga. 

En este caso, la terapia expositiva controlada sería una buenísima opción para comenzar a superar ese trauma y a sanar la herida de la infancia mediante terapia. Ivorra argumenta que "recibir de nuevo clases con una nueva perspectiva nos ayuda a recondicionarnos y también nos permite mejorar nuestra conducción y sentir mayor seguridad a medida que el miedo disminuye".

Los miedos y traumas son mochilas personales, heridas que nos acompañan y que a veces vuelven a sangrar. Mirarlas, aceptarlas y ser consciente de ellas es el primer paso para sanarlas, y Penélope ya ha identificado el origen de ese miedo a los coches.

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