Elena Daprá, psicóloga, revela cómo pudo afectar a Telma Ortiz y la reina Letizia el suicidio de su hermana Érika

El 7 de febrero de 2007 la vida de la reina Letizia (51 años), su hermana Telma (50 años) y el resto de la familia Ortiz Rocasolano cambió para siempre. La dura tragedia del suicidio de Érika a los 31 años marcó un antes y un después y los destrozó por completo. Todavía queda en el recuerdo de todos la imagen de la mujer de Felipe VI derrumbada, sin poder casi ni hablar y rota de dolor mientras agradecía las muestras de apoyo. "Gracias a todos los que se han apenado por su muerte", expresó como pudo la heredera consorte, que entonces estaba embarazada de seis meses. 

Todo el mundo se volcó con Letizia mientras Telma viajaba desde Manila (Filipinas) porque estaba trabajando en la Agencia de Cooperación Española, por lo que no pudo llegar a tiempo al responso y la incineración que se ofició en el cementerio de La Paz (Madrid), para el último adiós a su hermana, cuya autopsia reveló que se había suicidado por la ingesta de pastillas de forma masiva. Sin suda un momento complicado para todos. Lecturas.com se ha puesto en contacto con Elena Daprá, psicóloga, para ser cómo la Reina, su hermana y toda la familia pudieron vivir este terrible trauma. 

"Durante el duelo las emociones que se sienten son muy intensas, al igual que las interacciones entre los miembros de la familia", comienza diciendo la experta en salud mental sobre el momento que vivieron las hermanas con la muerte de Érika. Además, Elena explica que todo lo que tiene que ver con lo social se ve totalmente afectado, lo que a su vez perjudica a la salud "y complica el proceso de duelo e interfiere en la adquisición de conductas adaptativas por parte de todos". 

Daprá nos revela que hay que tener en cuenta que con la pérdida de un familiar que se suicida es "especialmente difícil" a comparación de otro tipo de fallecimientos porque todo el "sistema familiar se ve modificado". "Es todo muy doloroso y crea un trauma familiar junto con el estigma que tiene todavía el tema del suicidio. Es sin duda un duelo alargado en el tiempo que puede provocar tanto problemas físicos como psicológicos. Se debería estar apoyado no solo por profesionales de la salud mental y psiquiatras también por médicos", cuenta Elena. 

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